El Laboratorio de Documentación e Investigación en Lingüística y Antropología del Conicet y el Instituto de Culturas Aborígenes, con base en Córdoba, trabajan para revalorizar y difundir los idiomas de los pueblos indígenas.
Texto Magalí Sztejn.
Las políticas culturales llevadas a cabo en Argentina, desde su proyecto fundacional en adelante, tendieron a eliminar la cultura de las poblaciones originarias, quienes no sólo sufrieron la pérdida de su territorio. Sin embargo, la identidad de las comunidades sobrevivió en su descendencia. Hoy, instituciones privadas y estatales se ocupan de recuperarla con diversos proyectos, algunos de los cuales tienen como eje la enseñanza y la transmisión de las lenguas aborígenes.
“En un contexto pluricultural y plurilingüístico, este espacio de formación permite que se continúen transmitiendo otros saberes desde otros paradigmas, favoreciendo una convivencia más allá de las jerarquías”, expresa Alicia Villca respecto del Instituto de Culturas Aborígenes (ICA), con base en la provincia de Córdoba, en el que ejerce como profesora de Quechua de la Tecnicatura en Lengua y Cultura Aborigen. La docente, hablante nativa de la lengua, cuenta que la idea nació en 1992 frente a la celebración del quinto centenario del “descubrimiento” de América: “Un grupo de personas –relata– cuestionaba el discurso oficial, considerando la situación que vivían las comunidades, sus emergencias territoriales y la imposibilidad de reproducir su cultura”.
De esta manera, surgió el “contrafestejo”, que derivó en una propuesta de enseñanza, con título oficial, sobre lenguas aborígenes (el quechua, el guaraní y el mapudungun), acompañada por una revisión crítica de la historia aborigen americana. Cuatro años después de su fundación, celebró su primera promoción, con sede propia y más propuestas académicas. Además, la formación se acompaña con prácticas y rituales, como la Pachamama (homenaje a la Madre Tierra) y el Areté Guasu (celebración del encuentro de los mundos), que constituyen un calendario propio de la institución. Entre los alumnos se destacan los docentes motivados por la diversidad que ofrecen los contextos áulicos (donde puede haber descendientes de estos pueblos o de países limítrofes) y con intención de instruirse sobre las temáticas antes de abordarlas.
Con el fin de constituir espacios de intercambio, el ICA anualmente organiza un Congreso de Lenguas y Culturas Aborígenes, donde las comunidades se involucran a partir de sus referentes. También cuenta con un centro de participación para aportar a las comunidades y desde el que, por ejemplo, se acompañó al pueblo comechingón de La Toma en su proceso de rearticularse a la sociedad. Por todo ello, Villca sostiene que “está emergiendo una Córdoba con una impronta originaria y estos procesos educativos aportan a reflexionar sobre esta diversidad, permitiendo pensar en espacios interculturales donde se pueden dar diálogos desde distintos saberes”.
Patrimonio cultural
El Laboratorio de Documentación e Investigación en Lingüística y Antropología (Dila) contiene material producido a partir de la indagación en disciplinas sociales y humanidades, con el fin de contribuir a la preservación y difusión del patrimonio lingüístico y cultural del país y de la región, y de disponer el acceso a los recursos para su uso con fines científicos y educativos. Creado en 2007, a partir de un convenio entre el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y el Instituto Max Planck de Holanda, fue diseñado para albergar bases de datos léxicos, gramaticales y textuales de lenguas indígenas de la Argentina, así como registros etnográficos en audio y video, realizados en estrecha colaboración con las comunidades.
Inicialmente incorporaron cuatro lenguas del Chaco (mocoví, tapiete, vilela y wichí), en el marco del Proyecto Dobes, a cargo de Lucía Golluscio. “Una vez finalizado, el Dila comenzó a recibir colecciones de datos primarios de investigación y fondos documentales donados por investigadores del Conicet y de distintas universidades del país. Un equipo técnico-científico procede a llevar a cabo el ciclo de gestión documental”, cuenta Analía Gutiérrez, coordinadora del Área de Investigación del Centro de Información Científica y Tecnológica (Caicyt). Es así como el archivo sumó colecciones de lenguas como quechua, qom, pilagá y guaraní, entre otras, creándose un Repositorio Digital de acceso libre. “Asimismo, el Caicyt impulsó el desarrollo de líneas de investigación que contribuyeron a constituir un grupo interdisciplinario de investigadores y becarios”, detalla Gutiérrez.
Paola Pacor, coordinadora del Dila, señala que “según el Programa de Documentación de Idiomas en Peligro de Extinción (Universidad de Londres), hoy se hablan alrededor de 6.500 lenguas en todo el mundo y al menos la mitad de ellas dejará de hablarse para fines de este siglo”. A lo que agrega: “En esa línea, se ponen en marcha proyectos en América latina liderados por lingüistas y antropólogos que se involucran en la documentación en formatos durables, catalogación, archivo y difusión de materiales lingüísticos y culturales de comunidades indígenas. El trabajo se orienta a mantener y revitalizar la lengua en estudio e informar a las generaciones futuras sobre la diversidad lingüística y su acervo cultural”.
Cómo conectarse
Instituto de Culturas Aborígenes: www.oocities.org/icacordoba
Facebook: www.facebook.com/institutodeculturasaborigenes
Archivo Digital: http://www.caicyt-conicet.gov.ar/dila/ // [email protected]